Ya estamos viendo de frente, en vivo y en directo lo que hasta hace poco era el trailer de lo que iba a suceder con el futuro del trabajo y con la aparición de las nuevas tecnologías así como el impacto que esto iba a tener en la desaparición y a su vez creación de nuevos tipos y modelos de trabajo. La IA - Inteligencia Artificial - está en estreno y ya estamos logrando comprender qué está en riesgo.
Con mayor protagonismo desde el 2020 surgieron las conversaciones alrededor de “las principales habilidades que van a ser requeridas en el futuro del trabajo” y en el top 10 del listado de estas habilidades compartido por el Foro Económico Mundial en el marco de la tercera edición del informe sobre el futuro de los empleos se encontraban: Resiliencia, tolerancia al estrés y flexibilidad, como habilidades de liderazgo personal requeridas en la fuerza laboral del futuro.
Podemos coincidir en que la resiliencia, la tolerancia al estrés y la flexibilidad son habilidades del ser, sí, mal llamadas habilidades blandas y mejor denominadas power skills. También podemos coincidir que estas habilidades hacen parte del paquete conocido como Inteligencia Emocional.
Una forma en la que veo esta realidad es que en pleno siglo XXI, época en la que estamos experimentando los cambios de forma más acelerada que nunca, aún no hemos resuelto cómo desarrollar inteligencia emocional de forma efectiva en los equipos de trabajo.
El upskilling y el reskilling aparecen también con mayor relevancia para hacerle frente a los retos del mundo laboral, ser competitivos y relevantes en tiempos de constante y exponencial cambio. El upskilling y reskilling es importante no solo para las organizaciones sino también para la calidad de vida laboral de las personas.
Siento que se ha hablado e incluso se ha trabajado mucho en el upskilling y reskilling con especial enfoque en el Hacer y no tanto en el Ser. Se está tratando de disminuir la brecha que existe y que cada vez es más grande entre las habilidades que requiere el mundo laboral y las que realmente tienen los trabajadores. Pero tal vez está faltando más enfoque en las habilidades del SER.
Entonces, si el desarrollo de inteligencia emocional es una habilidad esencial y requerida para el mercado laboral, incrementar las acciones que desarrollen upskilling y reskilling enfocados en inteligencia emocional y power skills es una gran estrategia y poderosa inversión que pueden hacer las empresas para ser relevantes, competitivos y elevar niveles de satisfacción, motivación y compromiso. Y es una gran inversión personal para toda persona que desee mantenerse vigente y atractiva para el mercado laboral del futuro.
Invertir en upskilling y reskilling con enfoque en inteligencia emocional permitirá que las personas desarrollen las siguientes capacidades:
- Identificar y gestionar sus emociones
- Comunicarse de manera efectiva
- Resolver conflictos
- Trabajar en equipo
- Liderarse más y mejor
Las opciones para llevar a cabo son muy variadas, educación, capacitación, cursos presenciales o virtuales pueden ser un buen comienzo. Las mentorías y el coaching se convierten también en muy buenas alternativas. Sin lugar a dudas lo que tendrá un gran impacto es el compromiso de la organización con crear las estrategias y los vehículos en el que las personas desarrollen estas habilidades y puedan florecer en el trabajo.
Finalmente como lo expresa Daniel Goleman en el artículo escrito para el HBR “El primer componente de la inteligencia emocional” - es la autoconciencia. Un buen primer paso es invertir en la capacidad de desarrollar autoconocimiento, es un primer escalón para hacer upskilling y reskilling enfocado en el Ser.
